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cazando osos

Cazando Osos

Por Chris Richards

Nuestra actitud para con los detalles pequeños de la vida es un reflejo de como seremos ante las responsabilidades mayores.

Dios mandó al profeta Samuel a buscar un hombre con un corazón puro para que ocupara la corona de Israel. Al llegar a la casa de Isaí, no se dejó llevar por las apariencias. Escogió al más joven y menos visible de sus hijos. 1 Samuel 16:7 nos da la razón: “Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que esta delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” Dios se fije en nuestro corazón. Él ve en lo secreto donde los hombres no alcanzan a ver, y se fijó en la fidelidad de David que estaba cuidando unas pocas ovejas de su padre y fue esa misma fidelidad en lo secreto la que preparó a David para su gran prueba publica contra Goliat. 1 Samuel 17:33-36 nos describe su preparación.

“Dijo Saúl a David: No podrás tu ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venia un león, o un oso y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejercito del Dios viviente”. Dios no te podrá usar para matar gigantes y hacer grandes cosas en su reino si no eres fiel en lo poco. David fue fiel cuando nadie lo veía en un trabajo que sus hermanos menospreciaban. Tal vez tu sientas que nadie ve ni aprecia lo que haces, pero Dios lo ve.

Mateo 6:18 dice: “…tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en publico.”Dios nos pide fidelidad en todas las áreas de nuestra vida, incluyendo aquellas que nosotros pudiéramos considerar insignificantes. Cristo dijo en Lucas 16:10: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.”

Nuestra actitud para con los detalles pequeños de la vida es un reflejo de como será nuestro desempeño ante las responsabilidades mayores de la vida. ¿Quieres hacer un impacto en el mundo? Empieza viviendo íntegramente. Mantén la pureza, cuenta la verdad, paga tus deudas, honra a tus padres, involúcrate en tu iglesia. Sirve a tus lideres, aun en las cosas más pequeñas que nadie quiere hacer. Si no estas dispuesto a ser fiel en estas áreas, si no quieres matar tus osos y leones, ¡ni sueñes con que Dios te use para derrumbar gigantes!

El capitulo 25 de Mateo registra la parábola de los talentos. Un amo entregó cinco talentos a un siervo, dos a otro, y uno al último. El que solo recibió un talento lo vio como poca cosa y lo enterró, trayendo sobre sí mismo la ira de su amo. No así el que recibió dos talentos, quien en vez de menospreciar lo que tenia comparándose con el de los cinco, se puso a trabajar y multiplico lo que tenia. Su señor, en el versículo 23 lo felicitó diciendo:
“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”

Hace muchos siglos, un emperador llamo a todos los niños de su reino y les dijo que iba a escoger a uno de ellos para ser su heredero. Le dio a cada quien una semilla y les dijo que la sembraran en alguna maceta y que regresaran al año siguiente con la planta que habían cultivado. Uno de ellos, llamado Ling, fue felizmente a su casa, busco una maceta, y sembró su semilla. Diariamente la cuidaba regándola con gran diligencia, pero al pasar las semanas, nada crecía. A los seis meses, el niño, descorazonado vio que todavía no había crecido nada y quiso darse por vencido rendirse, tirar su maceta por la ventana y olvidarse de todo, pero su mamá lo animó a persistir. Al fin se cumplió el año y llego el momento de aparecer ante el emperador en la real ceremonia de la presentación de las plantas. Ling no quería ir, ya que solamente tenia una maceta con tierra, pero ante la insistencia de su mama, acudió. Todos portando orgullosamente una gran variedad de plantas grandes y exóticas. En eso se escucho la trompeta y salió el emperador, quien comenzó a revisar todas las plantas con interés. De pronto, alcanzo a divisar a Ling que se escondía tímidamente en una esquina con su maceta desnuda y lo hizo llamar. Avergonzado, Ling paso al frente. Para sorpresa de todos, el emperador declaró: “Este niño será el siguiente emperador. A todos ustedes se les entregó una semilla cocida que no podía crecer. Obviamente se desesperaron y, al no ver su semilla crecer, consiguieron otras semillas. Solamente este niño ha demostrado la integridad y persistencia necesarias para la tarea que se espera de él, al cuidar el año entero la que yo les había entregado.”

Sigue adelante, aunque no veas el fruto, aunque nadie te rinda reconocimiento, aunque los demás menosprecien lo que haces.

Así como en los días de Samuel y David, Dios está buscando Hombres con un corazón dispuesto a ser fiel en las cosas más pequeñas. ¿Serás tu uno de ellos?.

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