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Para los que no creen en Cristo, la felicidad depende de las buenas circunstancias. La sonrisa puede variar según están las cosas o como se lleva con su suegra o su cuñada, si tiene problemas en el trabajo o en el hogar. Pero si esa persona está pasando por una situación difícil probablemente sienta que la felicidad está muy lejana. Sin embargo, según la Biblia, el secreto de la felicidad no depende de lo que me ocurre en la vida sino de una decisión; que por demás acertada, produce felicidad. Esa decisión es aceptar a Jesús en el corazón. Es vivir con Él, nuestra vida; es entender que no dependemos de lo que la vida nos depare sino que tenemos el gozo de Cristo en nuestro corazón, pase lo que pase. Por supuesto que vamos a tener luchas y batallas porque son parte de este mundo, pero siempre debemos tener en cuenta que eso es momentáneo. La Escritura dice en el Salmo 30:5b: “Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría”. Esto quiere decir que hay un tiempo para llorar, para
lamentarse, pero también hay un tiempo para tomar la victoria. También hay gente que dice: "Si yo hubiese tenido una mejor familia, una mejor educación, mejores posibilidades en la vida, si yo viviera en una casa nueva, si tuviera auto, si viajara... sería feliz". Pero la realidad es que a pesar de no tener todas estas cosas, uno puede ser feliz en el lugar y en la posición en la que se encuentra ahora mismo, teniendo a Jesús en el corazón. Otros se encuentran tristes porque se sienten culpables. Muchos no pueden creer que Dios los haya perdonado. La Biblia es muy clara al respecto cuando nos habla del incomparable amor de Dios que nos recibe tal cual somos. Otra razón de descontentamiento es el vivir comparándose con los demás. Esa comparación produce amargura por lo que no tengo en lugar de agradecimiento y disfrute por aquello que tengo. Tenemos que ser agradecidos por todo lo que Dios hizo y hace por nosotros cada día. Debemos recordar las victorias que hemos vivido. También produce descontento el corazón duro; la Palabra de Dios nos habla en el libro a los Hebreos sobre el pueblo de Israel a quienes se les había endurecido el corazón. Un cardiólogo decía que hay una enfermedad que provoca que el corazón comience a endurecerse, esta se llama "corazón de piedra" y puede llegar a causar la muerte. Y así como pasa con nuestro corazón físico, también sucede con el corazón espiritual. La falta de perdón, los celos, la envidia, el afán, la ansiedad y esas cosas de la vida, van endureciendo nuestro corazón hasta hacerse casi de piedra. Pero Jesús nos dice que hay una fórmula para la felicidad, en San Juan 13:17 dice: “Si sabéis estas cosas, bienaventurados (otra traducción dice "felices") seréis si las hiciereis”. Hoy vamos a remarcar tres principios para aprender a vivir en el verdadero gozo, el contentamiento espiritual: Nº1- La verdadera alegría es el resultado de una vida de servicio. Jesús lo enseñó en este pasaje, San Juan 13:3-4. (Ver) ¿Por qué Jesús tomó el lugar de siervo y esclavo? La Biblia nos habla acerca de Jesús quien pudo comprender
el gozo que genera el servicio; al servir a Dios y a los demás con
fidelidad. Este pasaje nos deja una gran enseñanza cuando dice: “Debéis lavar los pies los unos a los otros”. ¿Esto me dice que debo lavar los pies de mis hermanos para ser más espiritual?, definitivamente no. Aquí habla de que lavar los pies es una actitud del corazón y no de las manos, está diciendo que debo ser humilde y honrar a mis hermanos. Esto es lo que nos va a dar felicidad. ¿Cómo puedo implementar la ayuda a nuestros
hermanos? Nº2-El secreto de la felicidad radica en la
sumisión a la voluntad de Dios. Cuando uno recibe a Cristo como su salvador personal toda la vida se santifica, pero ese diario andar muchas veces nos trae alguna situación que ensucia nuestros pies. Jesus enseña que la persona feliz es aquella que lava sus pies cada día, que deja en el altar de Dios todas sus cargas y pecados y se arrepiente. Cada uno de nosotros ya hemos sido perdonados, nuestra vida y nuestro ser han sido lavados pero el caminar en este mundo tan sucio hace necesario que vuelva al Señor cada día para ser lavado de mis errores. Aquí hay otra verdad que trae felicidad: aprender a confesar nuestros pecados a Dios. No olvidemos que permanentemente nos equivocamos. Es más, la Biblia nos habla en 1 Juan 1:9 que Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Jesús quería enseñarles que no necesitaban ser lavados íntegros porque ya se habían convertido. Él indicaba que era necesario lavar solo los pies, lo cual se traduciría en confesar la bronca de cada día, los errores, las situaciones que generaron dolor en mi vida. Es por eso que Cristo le dijo a Pedro que debía lavar sus pies porque de lo contrario no iba a poder tener comunión con él. Cuando uno camina con Jesús aprende una verdad: si tiene pecado, entonces la comunión con el Espíritu Santo se corta. El secreto para una vida de felicidad es aprender a confesar nuestros pecados. Nº3- La felicidad es el resultado de la seguridad que provoca el saber que Dios está conmigo. ¿Qué es lo que me trae gozo? Según este pasaje, lo que me trae gozo es que yo pertenezco a Cristo. En el versículo 10 dice: “Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos (haciendo referencia a Judas)”. Con esto, estaba diciendo que el resultado de la salvación es que le pertenecemos al Señor. Y cuando uno le pertenece, está seguro de ser hijo de Dios. Si quieres ser feliz, debes primero comprender quien eres en Dios. No eres esclavo ni estás en derrota. Si quieres tener gozo, tienes que estar seguro de que sus promesas son tuyas, que su poder es tuyo, que intercede por nosotros ante el Padre por cualquier necesidad o problema que podamos tener (Romanos 8:34). Esto trae gozo! el saber que las promesas de Dios se van a cumplir porque Él está contigo!! Eres un hijo o una hija de Dios totalmente transformado, justificado, regenerado, y salvo por la sangre de Jesucristo. Claro que vas a cometer pecados y seguramente tus pies se ensuciarán pero no dudes en acercarte al trono de gracia y aceptar el perdón para cada día! Recuerda, la fórmula para tener la felicidad que tanto necesitamos, consta de tener un corazón de servicio, de estar sumiso frente a la Palabra de Dios y de disfrutar de la seguridad de saber quién eres en Él. Nada puede fallar! La bendición ya está en tu vida |